EL SER HUMANO, MUJER

Autor: José Ovidio Salinas Arízpe


Cualquier cosa que le des a una mujer, ella lo hará más grande.
Si le das un espermatozoide, ella te dará un bebé
Si le das una casa, ella te dará un hogar
Si le das las compras del supermercado, ella te dará una comida
Si le das una sonrisa, ella te dará su corazón
Las mujeres lo multiplican todo
por Andrés Borbón, 11 Diciembre, 2008 en Vida









El ser humano vive para ser feliz, pero en la búsqueda de la felicidad, tenemos que elegir caminos, a veces tenemos toda la información que necesitamos para la elección, otras veces no, entonces se pone en juego el por qué y el para qué vivimos, con una infinita gama de variantes, de lo que puede generar felicidad en el humano, pero ocurre, que cuando estamos en “plan de filosofar” en otras palabras, entregados al discernimiento, no nos conformamos con el por qué y el para qué del ser humano, ya que decir ser humano, es decir Hombre-Mujer, ¡claro que no!, queremos más precisión y nos decimos“no son iguales las metas de un Hombre que las de una Mujer” entonces, el por qué y el para qué de uno y otro son diferentes, y lo justificamos, diciendo, acaso no sabes que;

¡El hombre mantiene y la Mujer entretiene!

¡Tras un gran hombre hay una gran Mujer!

Pareciera que cuando se alude a la MUJER, surge el enigma, lo desconocido, lo misterioso y al mismo tiempo, se le encasilla, como un ser limitado, frágil, inseguro y frecuentemente, proclive al sentimentalismo.

¿Cómo pensar en equidad de género en todos los ámbitos de la vida, cuando los parámetros que el ser humano busca alcanzar para ser feliz, no son los mismos para el Hombre y la Mujer?

Seguramente, si preguntara a un grupo de varones ¿quién es la Mujer más importante en sus vidas? Van a responder mi esposa, o bien, mi Mujer y mis hijas, o quizá mi madre, mi Mujer y mis hijas.

Pues bien, entonces, ¡vamos a hablar de Mujeres! pero no de Mujeres desconocidas, ni de mujeres “ajenas”, se trata de empatizar, las Mujeres de las que vamos a hablar, son las “nuestras,” me refiero, a la esposa, la mamá, la hija, hermana, etc. de cada uno de nosotros.
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A lo largo de la historia, los hombres hemos hecho de la discriminación femenina una práctica consuetudinaria; el tiempo demuestra que nos hemos hecho cargo de tornar invisible la presencia de la Mujer, como si el objetivo fuese hacerla inferior por el simple hecho de ser Mujeres, es decir, no tomar en cuenta su inteligencia, destrezas, habilidades y méritos.

La costumbre de discriminar a la Mujer ha sido una práctica vigente en todos los continentes, propiciando la iniquidad en igualdad de condiciones.

Históricamente -¿por temor quizá?-, la hemos culpado de todas las desgracias:

En Grecia fue Pandora la que abrió la caja de la que brotaron todos los males.

En Copan, Honduras, cuando el quinceavo rey fue Mujer, el pueblo desapareció ¿adivinen quién cargó con la culpa?

En la Biblia, fue Eva quien llevó a Adán a cometer el pecado original;

Y que decir de Lilit (o Lilita) es una figura legendaria del folklore judío, de origen mesopotámico. Se le considera la primera esposa de Adán, anterior a Eva.

El origen de la leyenda que presenta a Lilit como primera Mujer, se encuentra en una interpretación rabínica de Génesis 1, 27. Adán y Lilit nunca hallaron armonía juntos, pues cuando él deseaba tener relaciones sexuales con ella, Lilit se sentía ofendida por la postura acostada que él le exigía.

«¿Por qué he de acostarme debajo de ti? —preguntaba—: yo también fui hecha con polvo, y por lo tanto soy tu igual».

Como Adán trató de obligarla a obedecer, Lilit, encolerizada, pronunció el nombre mágico de Dios, se elevó por los aires y lo abandonó, para convertirse en demonio. Dicho de otro modo, Lilit fue la primera Mujer EMANCIPADA, cuando se rebela y cuestiona al HOMBRE Adán, su falta de respeto, cuando ambos poseen el linaje de SER HUMANOS. Y de acuerdo a esta leyenda del folklore judío, Adán fue el primer hombre que utilizando la fuerza, intentó someter a Lilit su compañera, pasando por encima de su opinión y de sus sentimientos.

¿Qué quería Lilit, que Adán no supo comprender?

¿Será posible que la MUJER, un SER al que tradicionalmente hemos considerado, débil, limitado, sentimentalmente predecible, no lo entendamos?

Hace prácticamente 100 años, Freud dijo, (“Was will das Weib”) ¿Qué quiere la Mujer?
Desde luego, Freud buscaba descifrar enigmas, le inquietaba de ese “ser extraño”, la Mujer y sus reacciones, ante la ausencia del pene, la presencia de vagina, la envidia, su sexualidad y más.Murió Freud y dicen sus allegados, “nunca dio respuesta a su incógnita”

Al margen de lo que Freud buscaba descifrar, ¿Qué cambios de pensamiento se generarían si conceptuamos a la Mujer, sencillamente, como SER HUMANO?

Si partimos de que los seres humanos (a veces llamados genéricamente hombres, aunque ese término se aplica también específicamente a los individuos de sexo masculino) constituyen, desde el punto de vista biológico, una sola especie animal: Homo Sapiens. Nombre científico, asignado por Linneo en 1758, denotando el rasgo biológico más característico: Sapiens, que significa "sabio" o "capaz de conocer", y se refiere a la consideración del Hombre pero también a la Mujer, como «animal racional»

(Por cierto, se ha propuesto el uso del término humán, humanes, para definir a la especie, y evitar la confusión con el varón).

Si además, consideramos que posiblemente, la manifestación más clara de humanidad es el hecho de que cada ser humano puede imprimir a sus acciones los rasgos propios de su individualidad; y esto ocurre en el arte, en la ciencia y en toda manifestación humana, una particularidad propia de nuestra especie, es decir, MUJER y HOMBRE.

Somos la única especie, que desde que los padres saben que el sexo del bebé en gestación es femenino, ya le adjudicamos limitaciones, aunque nuestra intención sea denotar su feminidad y su ternura, surge, el tú no puedes, el tú eres Mujer, incluso, la subestimación y el rechazo, para darles el lugar a los varones.

¿Por qué coartarle su derecho a SER, a manifestarse como SER HUMANO?

¿Por qué no pensar que la MUJER quiere y tiene los mismos derechos que el HOMBRE, para denotar el rasgo biológico propio de la especie humana, SAPIENS.

No creo que exista alguien, con la ingenuidad de pensar que la peligrosidad de un tigre es diferente si es hembra o macho, o la mordida de una serpiente es diferente si es macho, tampoco veremos carreras de caballos, en las que se rechace la participación de hembras.

¡SECILLAMENTE, HEMBRA O MACHO, POR INSTINTO Y APRENDIZAJE, MANIFIESTAN LAS CARACTERÍSTICAS DE SU ESPECIE!

¿CUÁNTO TIEMPO DEBERÁ PASAR, PARA QUE LOS HOMBRES ACEPTEMOS QUE SE REQUIERE MODIFICAR NUESTRA PERCEPCIÓN, DE LO QUE ES Y DEBE SER UNA MUJER?

Me hubiese gustado conocer a Hipatia de Alejandría, MUJER DE CIENCIA, UN SER HUMANO que superó en el Siglo IV, las barreras de su tiempo y por supuesto a Teón, su padre.

Teón de Alejandría, un célebre matemático y astrónomo, muy apreciado por sus contemporáneos, educó a Hipatia en un ambiente académico y culto y además, le transmitió su pasión por la búsqueda de lo desconocido.

Me pregunto:
¿Qué información tenía Teón en su MAPA MENTAL, QUE NO DEMERITÓ A HIPATIA POR SU CONDICIÓN DE MUJER?

¿Qué emociones y creencias provocó en Hipatia, hasta que seguramente alcanzó la más alta jerarquía en su Nivel de Identidad, cuando las controversias podían generar la persecución por herejía?

Por último, me hubiese gustado profundizar en el Nivel Espiritual de Hipatia, ¿Qué había más allá de ella, que mantuvo su presencia en un mundo de ciencia, adverso a su condición de MUJER?

Vamos a conocer brevemente a Hipatia el Ser Humano.

El siglo IV vio nacer a Hipatia, en Alejandría, capital de la diócesis romana de Egipto, quien fue considerada por siglos, la única Mujer de ciencia dada la amplia documentación que existe sobre ella por las trágicas circunstancias de su vida y su muerte, igualmente se recuerda mucho por la época histórica que vivió, pues es considerada la última científica pagana del mundo antiguo y su muerte coincidió con los últimos años del imperio romano.

Hipatia desarrolló importantes trabajos en álgebra, geometría, matemática y astronomía, se interesó además en la filosofía, mecánica y tecnología práctica, diseñó un instrumento para medir el nivel del agua, otro para destilarla y un hidrómetro graduado de latón para determinar la densidad de los líquidos.

Durante la época en que vivió Hipatia, era frecuente que los cristianos vieran como herejía y maldad la ciencia y las matemáticas.

Hipatia como pagana y partidaria del racionalismo científico griego, corría peligro en una ciudad que cada vez era más cristiana: Alejandría.

La envidia, la incomprensión y el rencor acabaron con su vida cruelmente, fue destrozada y quemada.

Hipatia ha llegado a simbolizar el fin de la ciencia antigua pues no hubo adelantos importantes en matemáticas, astronomía o física en el mundo occidental, durante los mil años siguientes a su fallecimiento.( Artículo de: J J O'Connor y E F Robertson
MacTutor History of Mathematics Archiveciencia.astroseti.org/matematicas/articulo.php?num)

¿Quién se puede atrever a desvirtuar la grandeza de Hipatia? Seguramente nadie, los resultados son obvios.

¿Pero si nos centramos en el tiempo en que Hipatia expresaba su deseo de trascender, cómo la hubiésemos calificado?

¿MÁS MUJERES CON LAS CUALIDADES DE HIPATIA?

A lo largo de la historia pueden citarse los aportes y la experiencia de muchos grandes seres humanos MUJERES.

Ana Comnena, erudita bizantina, autora de la Alexíada, obra en la que trata su tema favorito: la tecnología militar, tenía estudios en matemáticas, astronomía y medicina.

Trótula fue otra famosa mujer en la Europa medieval, por su competencia en la medicina y la cirugía.

Caroline Herschel, en el área de la Astronomía, se destacó en el Siglo XVIII, reconocida por el descubrimiento de ocho cometas.

Anna Morandi Manzolini, quien ocupó la cátedra de anatomía en la Universidad de Bolonia, y llenó el museo de la universidad con sus modelos anatómicos en cera.

Sonia Kowalevsky, se destacó en el Siglo XIX una científica rusa que fue la primera mujer que ingresó a estudiar matemáticas en su país, pero para lograrlo, se cortó el cabello y se hizo pasar por un hombre hasta que logró demostrar su valía, para poder asumir su verdadera identidad, su aporte fue en el estudio de las ecuaciones diferenciales.

Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana, conocida como. Aprendió todo cuanto era conocido en su época, es decir, leyó a los clásicos griegos y romanos, y la teología del momento. Su inquietud y deseo de aprender era tanto, que le propuso a su madre disfrazarse de hombre para asistir a la universidad, según ella misma escribió.

¿Cuál fue el común denominador en estas Mujeres?

Manifestarse con el rasgo biológico propio de la especie humana, sapiens.

La existencia de estereotipos denigrantes donde se piensa que las Mujeres son inferiores, conlleva a comprender que dicha discriminación, no es una realidad coyuntural, se trata de una práctica estructural cuyas raíces más profundas son generadas en la familia y en las instituciones sociales y gubernamentales.

Vamos a reflexionar, sobre nuestro enfoque hacia la mujer y la inequidad o desigualdad, empatizando al grado de percibir el estigma que significa ser MUJER en una sociedad automatizada, desafortunadamente en muchos casos, para inspirarle el estar a la sombra del varón.

Para mi complemento SER HUMANO.

Hace muchos años Nancy, me dijiste, siempre estaré a tu lado para verte trascender y hacerte feliz y yo estaré volando junto a ti, pero con mis propias alas.

Pues bien, ahora yo quiero decirte, que se que disfrutas mis piropos, mis caricias, mi respeto y admiración, las rosas y los paseos, pero ¿sabes qué? el tiempo sigue su marcha y no logro vaciar mis sentidos en ti, tengo que plasmar tu esencia y tu grandeza de mujer, y cuando me leas, quizá y solo quizá, logres entender como te perciben mis sentidos y como te anidas en mi corazón. 

Comentarios

  1. Excelente artículo, que bien describe la inequidad de genero, ciertamente, muchas mujeres lo único que queremos es trascender, ¿porqué no se acepta?
    Yo soy una de las que no tuvo un padre como Hipatia, quería estudiar arquitectura y no me lo permitieron.

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  2. Los varones tenemos mucho que aprender, como dice el autor, empatizar, ¿qué sentirías si te rechazan, si te hostigan, si te devalúan por tu deseo de trascender?

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