TÍO FILÍN

Por este artículo me entero de que existe un lugar llamado Tío Filín y me entristece profundamente comprobar lo injusta que es la vida, lo mal diseñada que está la sociedad y lo absurdo de entender para no poder hacer. Gracias Daniel Tejada.

EL CARIBE

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Niños Tío Filín sueñan con tener un par de zapatos

Por Kirsis Diaz

29 de Jul 2009 10:20 AM

P.- ¿Si el Día de Reyes fuera hoy o alguien te quisiera obsequiar algo, cual te gustaría que fuera ese regalo?

R.-“Unos zapatos, porque mira como tengo los pies, mis chancletas se me dañaron y tengo que caminar descalzo con ellos maltratados”.

Así responde Rafelito, de nueve años, a las interrogantes de aquella periodista con quien se detiene a hablar, en momentos en que se dirige a comprar pan a uno de los dos pequeños colmados que existen en la Explanada de Tío Filín, ubicada a dos kilómetros de Gonzalo, provincia Monte Plata, nordeste dominicano.

Mientras monta un mulo, el infante de piel trigueña y pelo ondulado sonríe tímidamente y continuaba diciendo que dentro de sus mayores deseos también se encuentra inscribirse en una escuela y hacerse profesional.

Rafelito, quien dice desconocer su apellido, no sabe leer ni escribir. Relata que sus padres nunca lo inscribieron en un centro educativo por lo lejos que queda, pero agrega que le gustaría tener una mascota y un lápiz para estudiar.

Otros niños como Andry, Adolfo Martínez, Marcos Pérez, Rosmery Pérez, Lucy Martínez coincidieron en que anhelan poseer un par de calzados, unos porque no tienen y otros porque los únicos que poseen están a punto de despegarse.

A pesar de que la mayoría desconoce a qué se refiere la reportera con el Día de Reyes, agregan que además disfrutarían recibir uniformes y útiles escolares para acudir a la escuela y realizar las tareas que les ponen en ella.

En aquel poblado con un promedio de cien habitantes, rodeado de árboles, camino seco y polvoriento, pero resbaloso cuando llueve, las casas no conocen el concreto, están hechas de madera o yaguas y pisos de tierra.

Las mujeres, que suelen casarse entre los 14 y 16 años, deben aprender a cocinar en fogón y lavar a mano porque allí no existe agua por tuberías, ni cables del tendido eléctrico para el alumbrado y para el uso de electrodomésticos como lavadoras.

“El agua es lo que más nos hace falta, porque hay que estarla cargando lejísimos de unos manantiales, pero en el caso de la luz ya estamos impuestos a utilizar lámparas de aceite”, expresa Sacaría Chávez, de 46 años.

Gran parte de los niños no concluyen la primaria

Chávez, oriunda de esta comunidad, se queja de que lo más difícil de criar a sus hijos ha sido no poder darles una educación.

“De los ocho hijos que tengo solo uno pudo entrar al bachillerato, pero los otros no han logrado pasar de la primaria, se quedaron de séptimo para abajo”, manifiesta consternada.

En Tío Filín las escuelas imparten hasta el sexto grado por lo que de ahí en adelante a los niños se les hace difícil completar el ciclo escolar, debido a la lejanía de los demás centros de enseñanza.

Como la mayoría de los adultos de ese lugar, se quedo sin saber leer y escribir ya que las condiciones económicas la obligaron a “coger el machete” para el sustento de su familia.

Maestro advierte analfabetismo padres afecta formación niños

El profesor del Centro Educativo Gonzalo, Onércido Cornelio Espíritu, recuerda que la educación parte de la enseñanza que los padres les dan a sus hijos y critica la falta de interés del Gobierno en diseñar programas dirigidos a la correcta alfabetización de niños y adultos.

El maestro también se refiere a los altos niveles de embarazos a temprana edad en esa localidad, del cual dijo representa uno de los factores más influyentes en la deserción escolar.

Es mediodía y pese a que el sol parece querer imponer su existencia, los niños de Tío Filín aguardan a la intemperie que los tres foráneos (equipo de prensa) se le acerquen.

Lucen animados y en sus sonrisas matizadas por el deterioro de sus pequeños dientes dejan vislumbrar la felicidad que sienten.

Junto a ellos se encuentra Carlos Pérez, padre de tres de los chiquillos reunidos. Al hablar de su experiencia como padre, destaca que criar a sus hijos ha sido una “bendición de Dios ya que siempre se alimentan y cuando no poseen el pan, les llega”.

Enfermera dice infantes no reciben alimentación adecuada

“Una alimentación balanceada requiere del conocimiento y disponibilidad de recursos de las personas para cumplir con las exigencias que implica la misma, y la calidad de vida y conocimiento en Tío Filín es demasiado precaria para que los niños puedan recibir una alimentación adecuada”, explica Juana Pérez, enfermera de la Unidad de Atención Primaria en Gonzalo, cuestionada sobre los niveles de desnutrición que existen en la zona.

Pérez indica que a pesar de que estos niños no llegan al hospital con altos estándares de desnutrición, no dejan de padecerla en escalas minoritarias.

Señaló que los menores también acuden normalmente con gripe, diarrea, vómito, fiebre, ameba y enfermedades de la piel.

Según su testimonio, los infantes reciben el cuidado de esas afecciones por parte de la única doctora que trabaja como médico en el centro asistencial.

Cuenta que ahí los pacientes reciben las primeras atenciones médicas y que cuando necesitan de un cuidado especial son referidos al hospital municipal Jovanny Herrera, situado en Sabana Grande de Boyá, a unos 18 kilómetros del lugar.

“Aquí se pone una persona muy grave y se muere, porque imagínate para que le indiquen una pastilla tendría que ir al pueblo, porque no hay hospitales cerca y el de Gonzalo es solo para primeros auxilios”, manifiesta un residente que resalta el gran porcentaje de estos ciudadanos carece de seguro medico.

La encargada de vender los medicamentos en la farmacia del pueblo, Margarita Brito, detalla que el precio de las medicinas va desde “25 centavos en adelante”, pero que en gran parte de los casos los pobladores los quieren comprar y no pueden.

Además, reveló que algunas veces suelen pasar hasta una semana sin médico debido a compromisos externos que deben enfrentar los galenos.

Ausentes de los Objetivos del Milenio

Esta realidad contrasta con el hecho de que la provincia Monte Plata es la segunda que el Gobierno declaró “pueblo modelo” para los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que declararon las Naciones Unidas para reducir la pobreza, elevar la cobertura, la calidad y los servicios de salud y educación.

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