Epístola a mi comay Tina

Mi querida Comai Tina:

En respuesta a su misiva del h5, le cuento que he decidido poner el mensaje aquí para que se dislumbre mi asombro. Es verdad que esto no es más que una miga de pan en una mesa de un polideportivo, pero me doy el gusto de repensarlo.

Pues aquí está haciendo una brisita muy agradable para los demás, a mí mátenme con mi abrigo puesto.

Todo parece estar en calma y mejorando. Hoy me he enterado que una señora que viene a lavar y a planchar, con marido y tres hijos emancipados, o al menos dos, recibe del gobierno una ayuda mensual de tres mil pesos más dos tanques de gas y tiene un seguro médico, que le fueron a llevar el carné a su casa en un campo de San Cristóbal, por lo que entiendo que todo esté tranquilo y los políticos de la oposición enchinchando. No te digo que todo esté bien, pero ESO ES UN AVANCE! En mi vida había oído que le brindaran nada a un ciudadano. En mi vida había visto yo gente tan tranquila y contenta. Y que yo sepa, esta señora no es militante de ningún partido, ni tampoco hace campaña por nadie. Ergo, eso significa que a los campesinos si los están tomando en cuenta. Ahora de que hay que resaltar las carencias, a mi me parece que están exagerando. De todas formas, como quien dice, yo llegué ayer y algunos me abren la boca diciéndome cosas malas. Estoy tan harta de que me maten la fe, que a veces me dan ganas de creer aunque un rayo me parta. Creer porque sí, porque me da la gana. Y es que ya está bueno de vivir sintiendo que la vida no vale nada.

Ahí te dejo mi cariño en un platito tapao con mantelito blanco y una menta. Un beso grandote y que Madrid te muestre su cara más amable.

Te quiere
Leibi

P.D.: Lo cierto es que esta señora y el marido son dueños de tremendo terreno. Me han dejado pensando: ¿en qué carajo consiste la felicidad si hay tanta gente matándose pa na?

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