LOS DESEOS


http://www.derjen.idv.tw/site.html (Der Jen, extraordinario ilustrador chino).

Los deseos

Te deseo primero que ames,
y que amando, también seas amado.
Y que, de no ser así, seas breve en olvidar.
Que de no olvidar, no guardes rencores.
Deseo que ese no sea tu caso, pero si es,
sepas ser sin desesperar.

Te deseo también que tengas amigos,
incluso algunos malos e inconsecuentes,
pero la mayoría, valientes y fieles, y que por lo menos
tengas uno en quien confiar sin dudar.

Te deseo también que tengas enemigos.
Ni muchos ni pocos, en la medida exacta,
para que, algunas veces, te cuestiones
tus propias certezas. Y que entre ellos,
haya por lo menos uno que sea justo,
para que no te sientas demasiado seguro

Te deseo además que seas capaz,
mas no insustituible.
Y que en los momentos malos,
cuando no quede más nada,
esa capacidad sea suficiente
para mantenerte en pie.

Igualmente, te deseo que seas tolerante,
no con los que se equivocan poco,
porque eso es fácil, sino con los que
se equivocan mucho e irremediablemente,
y que haciendo buen uso de esa tolerancia,
sirvas de ejemplo a otros.

Te deseo que siendo joven
no madures demasiado de prisa,
y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer,
y que siendo viejo no desesperes
porque cada edad tiene su placer
y su dolor y es necesario dejar
que fluyan entre nosotros.

Te deseo de paso, que algún día estés triste.
Pero que en ese día descubras
que la risa diaria es buena,
que la risa habitual es sosa y
la risa constante es malsana.

Te deseo que descubras, con urgencia máxima,
por encima y a pesar de todo, que existen,
y que te rodean, seres oprimidos,
tratados con injusticia, personas infelices.
Pero siempre tendrás la oportunidad
de llevar una palabra de consuelo.

Te deseo que acaricies a un perro,
alimentes a un pájaro y oigas a un jilguero
erguir triunfante su canto matinal,
porque de esta manera, te sentirás bien.

Deseo también que plantes una semilla,
por más minúscula que sea, y la
acompañes en su crecimiento,
para que descubras de cuantas vidas
está hecho un árbol.

Te deseo, además, que tengas dinero,
porque es necesario ser práctico,
Y que por lo menos una vez
por año pongas algo de ese dinero
frente a ti y digas: "Esto es mío".
Sólo para que quede claro
quién es el dueño de quién.

Te deseo también que ninguno
de tus afectos muera, pero que si
muere alguno, puedas llorar
sin lamentarte y sufrir sin sentirte culpable.

Te deseo por fin que, siendo hombre,
tengas una buena mujer, y que siendo
mujer, tengas un buen hombre,
mañana y al día siguiente, y que cuando
estén exhaustos y sonrientes,
hablen sobre amor para recomenzar.
Si todas estas cosas llegaran a pasar,
no tengo más nada que desearte.

Sergio Jockymann, 1930, Brasileño
enviado por: pengsien@gmail.com